¿Te imaginas vivir en un lugar donde todo lo que necesitas está a solo unos minutos de casa? Estas son las “ciudades de 15 minutos” y los “pueblos de 30 minutos”, donde la proximidad es la clave.
La ciudad de 15 minutos es un modelo formulado por el urbanista Carlos Moreno, que propone un territorio donde los servicios esenciales son próximos y accesibles. Su propósito es claro: que las personas puedan llevar a cabo sus vidas sin la necesidad de realizar extensos desplazamientos. De esta manera, la ciudadanía reduce el esfuerzo para hacer las actividades cotidianas y disminuye el CO2 que produce el tráfico.
Aunque se corre el riesgo de aumentar las desigualdades territoriales. En la demografía española, es imprescindible tener en cuenta las realidades metropolitanas y rurales, y cómo este modelo se puede aplicar a territorios en los que acceder a necesidades básicas puede llevar más de 45 minutos.
¿Qué son los Pueblos de 30 minutos?
Estos pueblos se basan en la idea anterior. Su objetivo es que los habitantes del pueblo accedan a servicios esenciales y oportunidades, como tiendas, centro de salud, escuelas, trabajo y ocio. Este desplazamiento debería durar máximo media hora, preferentemente a pie, en bicicleta o en transporte público.
Con la posibilidad de acceder a los servicios con facilidad, las personas reducen la dependencia del coche, aumentan la actividad física y se fortalece el tejido social y comunitario de la localidad. También potencia la economía local y sostenibilidad ambiental, haciendo que estos lugares estén más adaptados a las necesidades de la población.
Por ello, los “Pueblos de 30 minutos” parten de la vivienda y, alrededor de esta, crea un radio de proximidad en el que se encuentran servicios y oportunidades. Sin embargo, estos recursos pueden estar localizados en otros municipios. El objetivo es buscar centros prestadores de servicios y oportunidades en distancias intermedias. Para ello, las alianzas entre territorios para generar simbiosis son fundamentales.